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miércoles, 10 de julio de 2019

II CONGRESO INTERNACIONAL DE INVESTIGACIÓN SOBRE USUARIOS DE LA INFORMACIÓN

Introducción

Sin duda en esta época en la que se habla de la sociedad de la información, los miembros de la sociedad están buscando y produciendo más información en todos los medios, formas y soportes que les sea posible con el fin de lograr una comunicación que facilite la adquisición del conocimiento y el desempeño de la vida académica, laboral, profesional y cotidiana. Situación que implica que estas personas deben conocer y saber cómo encontrar la información y utilizarla de acuerdo con sus intereses y necesidades.
Las unidades de información procuran aumentar su validez cada vez más como las principales y mejores fuentes de información para los usuarios, y responder así a la misión y visión propuestas como sistemas al servicio de éstos.
Entre tanto las personas en búsqueda de información encuentran dificultades para acceder en forma efectiva y eficaz a ella, debido al todavía incipiente desarrollo de las habilidades y competencias que poseen y que se requieren para la búsqueda, localización, selección y evaluación de la información pertinente para resolver su necesidad en forma manual o con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y así realizar las actividades anteriores, especialmente en momentos en los cuales se presenta un aumento permanente en la producción de nueva información.

Usuario de la información 

El diccionario de la Real Academia Española, dice que usuario es quien usa ordinariamente una cosa. En el mundo de la información se encuentran personas tanto productoras como consumidoras de información, independientemente del lugar donde la encuentren y del soporte en que ésta esté presentada; a estas personas se les denomina usuarios de la información y aproximadamente desde la década de 1930 se les ha considerado como el centro y razón de ser de las unidades de información, a partir de la idea formulada por Louis Shores de que la "biblioteca debe estar centrada en el usuario".
Pensando en este sujeto, las unidades de información llevan a cabo procesos de organización de la información, desde la selección, adquisición y organización física de los recursos, hasta el diseño de programas de formación para que el usuario pueda hacer uso completo y adecuado de los servicios. Por eso se dice que él es el inicio y el final del ciclo de transferencia de la información. Además la infraestructura cognoscitiva que posee le permite ser un sujeto constructivo, creativo, sistemático y que generalmente busca orientación de tipo cualitativo3 en un sistema de información para interpretar y analizar la información, para entretenerse y para crearla o recrearla.
Esta persona, que presenta un estado deficitario o anómalo del conocimiento, busca hacer uso de la información donde quiera que ésta se encuentre, no necesariamente en un sistema bibliotecario, puesto que su pretensión es modificar ese estado de conocimiento reflejado en una necesidad de información que procura satisfacer (en este sentido es fundamental aclarar que hay ocasiones en las que él no es consciente de esa necesidad de información o no sabe manifestarla); necesidad que puede estar relacionada con diversos problemas o intereses. La información que él consume, produce y brinda debe buscarla, solicitarla, analizarla, evaluarla y recrearla; el uso de la información le permite tomar decisiones relacionadas con su quehacer y estilo de vida; y, además, generar nuevas ideas, conocimientos y productos.
A pesar de que en épocas pretéritas fue un ser pasivo, en espera de que le dijeran cómo debía comportarse o qué debía hacer, hoy en día en muchos lugares participa activamente en el desarrollo de los sistemas de información y sugiere la creación o mejoramiento de los servicios de información, y ayuda en la definición de políticas y productos de estos sistemas, puesto que como usuario acude regularmente a las unidades de información en búsqueda de los documentos que solucionen sus necesidades de información, por todo lo cual es un ser determinante para el quehacer del sistema de información y de la calidad de los servicios que se le ofrezcan. Esto es así porque el usuario usa, ofrece y genera información al interactuar con los componentes del sistema de información y con el ambiente en el cual funciona éste.
  

Conclusiones


La formación de usuarios es un proceso con el que se busca beneficiar al usuario para que esté en condiciones de solucionar sus necesidades de información. Además, sus diferentes actividades, programadas en forma paulatina y gradual, llevan al usuario por el mundo de la información; es decir, por la búsqueda, localización, recuperación, evaluación, uso y comunicación de la misma, como sujeto social que está en condiciones de ser autónomo en los aspectos que él se propone y que la sociedad le exige.
Las diferentes manifestaciones y declaraciones que ha formulado la comunidad bibliotecaria a lo largo del tiempo le han dado un lugar preponderante al usuario con excepción del Manifiesto de la UNESCO para Bibliotecas Públicas de 1972. Sin embargo algunos de estos documentos lo ha denominado indistintamente lector, usuario y hasta cliente; términos que aparentemente son sinónimos pero que presentan delicadas diferencias que ameritan una investigación profunda para establecer una sustentada y valiosa discusión.
La expresión "la biblioteca centrada en el usuario", utilizada en la década de 1930, tiene hoy en día más peso, y en el caso de la formación de usuarios se observan propuestas formativas en las que se habla del aprendizaje significativo, producto de la validez que se le da a los conocimientos y experiencias previas que cada usuario posee al momento de iniciar su formación y durante el desarrollo de ésta. Idea que se refuerza con la pregunta formulada por Guinchat y Menou: "¿información para quién?"
La formación de usuarios de la información debe planear la enseñanza que va a brindarle a los usuarios, y enfocarse a que éstos logren el aprendizaje trazado en los objetivos planteados. Por eso los conceptos, procedimientos y actitudes relacionados con el acceso y el uso de la información, deben articularse en torno a los conceptos de pensamiento, información y valores para obtener del usuario una actitud participativa y solidaria, en la que él se sienta involucrado y reconocido como sujeto social que tiene conocimientos previos que son de gran valía.
El proceso formativo pretende que el usuario sea autónomo, razón de más para ver la importancia que tiene este proceso al facilitar la localización, selección, procesamiento y comunicación de información, habilidades que exigen el desarrollo previo de otras, como son: observación, comparación, análisis de datos, comprensión, ordenación, clasificación y representación de fenómenos; es decir, habilidades de información unidas a las habilidades de búsqueda en la biblioteca.
 

 




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