Los docentes que se forman hoy, se desempeñarán como profesionales en un mundo que
requiere fuertes demandas en sus capacidades para formar los ciudadanos del
siglo XXI. La sociedad ha cambiado y los espacios sociales se han ampliado por
la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
(NTIC ́s). El modo de crear y compartir información se ha modificado de una
forma revolucionaria, lo que ha favorecido la adquisición de diferentes
lenguajes que requieren de nuevas alfabetizaciones. En la actualidad, la
educación enfrenta el desafío de dar respuesta a las necesidades que surgen en
la sociedad globalizada, en la que las NTIC ́s están configurando escenarios
acordes a estas transformaciones. Estos cambios exigen a los docentes la
adquisición de competencias apropiadas: no solo se debe enseñar a los futuros
profesores a leer y escribir en nuevos lenguajes; también se deben proporcionar
los instrumentos para desarrollar la capacidad de comprender el mundo que nos
rodea. Cuando esto se olvida, se generan aprendizajes fragmentados y esto es en
definitiva lo que enseñamos a enseñar. El gran interés que predomina en los
niveles educativos por el enriquecimiento de la práctica docente con novedosas
formas de enseñar y aprender hace necesario un acercamiento al modelo de
aprendizaje basado en problemas (ABP), pero el paso de una metodología de
enseñanza donde el docente solo transmite conocimientos a otra centrada en el
alumno, orientada al aprendizaje activo cercano a situaciones del mundo real,
exigirá a los docentes el desarrollo de conductas innovadoras que incorporen el
dominio de herramientas digitales de comunicación, de manera tal que permitan
acompañar a los estudiantes en la adquisición de conocimientos.
La
incorporación de las tecnologías en el ámbito de la educación se percibe como
una necesidad evidente sobre
la que es
necesario avanzar (De
Pablos, 2010).La escuela
y los niños de
hoy en día
necesitan los materiales
educativos del siglo
XXI que son audiovisuales e
informáticos (Área y
Correa, 2010)porque en las aulas
no solo se encuentran los medios y métodos
tradicionales, sino también las tecnologías que han cobrado más presencia
en los últimos
años. Estos medios
han abierto grandes posibilidades para
mejorar los procesos
de enseñanza y
aprendizaje. Sin embargo,
no Verónica Basilotta Gómez-Pablos. Innovación e integración de las TIC
en el contexto escolares suficiente con dotar a los centros de soportes
tecnológicos (OCDE, 2015).Hace falta abordar,
al mismo tiempo,
un cambio en
la organización de
los mismos, en los
métodos de enseñanza
y sistemas evaluativos,
y en las
competencias digitales de los
alumnos y profesores. Por este motivo,
la mayoría de
los programas de
integración que no inciden
en actividades formativas
que mejoren las
estrategias pedagógicas e innovadoras, no alcanzan
los niveles deseables
de verdadero cambio
innovador o mejora con
respecto a las
actividades tradicionales de
enseñanza (Fernández-Cruz,
Fernández-Díaz y Rodríguez-Mantilla, en prensa; Hernández-Rivero y Sosa,
2016).Disponer de un proyecto de integración asumido y liderado por el equipo
directivo y la mayoría de su claustro, a la vez que se desarrollan actividades
formativas innovadoras, resultan
elementos indispensables para
alcanzar el éxito
y la mejora
de la eficacia tecnológica en
los centros educativos. También es
necesario avanzar en
la incorporación de las
tecnologías en los
entornos familiares para
reducir la brecha digital (Carneiro, Toscano y
Díaz,2009). Y es
que la innovación
no solo se
refiere a la inclusión
de sofisticadas tecnologías
para la gestión
de las instituciones
y como parte integral de
los currículos académicos.
Las tecnologías son
solo un componente importante pero
la innovación es
un concepto más
complejo y multidimensional
(González, 2008).Por tanto, partimos de la premisa de que la integración de las
TIC va más allá del mero hecho de implantar las tecnologías en el aula, o de
que éstas se usen para enseñar el mismo contenido de la misma manera. Una
verdadera integración de las TIC pasa por sistematizar el
uso de las
tecnologías en el
aula, de propiciar
nuevos modelos de aprendizaje y oportunidades de colaborar y
construir conocimiento, a través del diseño y desarrollo de proyectos curriculares
donde las TIC estén presentes (Sosa y Valverde, 2017).Un informe
publicado por la
UNESCO (2008) plantea
que el impacto
de las TIC
en los procesos de
aprendizaje depende de la combinación
de una serie
de elementos y dimensiones: las
políticas públicas, las
dinámicas organizacionales
de la escuela
y/o establecimientos
educativos, la actualización permanente del
profesorado, la
implementación de prácticas
pedagógicas apropiadas, el
rediseño del currículo
como de los sistemas
de evaluación y
de validación del
aprendizaje, entre otros.
Además la inclusión de
las TIC en
el currículo escolar
sólo tiene sentido
si las tecnologías
se emplean como herramientas
al servicio del
aprendizaje y se
integran en la
dinámica principal de las actividades educativas.
La
última década, varios
autores han mostrado que las
características de los estudiantes actuales
han cambiado y representan
la primera generación
que ha crecido rodeada
de tecnologías, tales
como Internet, videojuegos
y teléfonos móviles (Oblinger y Oblinger, 2005; Pedró,
2006; Prensky, 2001; Tapscott, 1998).Una
de las denominaciones más
extendidas entre la
literatura que aborda
esta temática es la de nativos e inmigrantes digitales, introducida por
Prensky (2001). Este autor sostiene que
los estudiantes de
hoy en día
han nacido y
crecido con la tecnología. Su
característica principal es la
tecnofilia, es decir, sienten una gran atracción por
todo lo que
tiene que ver
con las tecnologías;
satisfaciendo con ellas necesidades de
entretenimiento, diversión, comunicación,
información y formación. Según este autor, los alumnos
comparten información de manera diferente utilizando diversas herramientas y
aplicaciones de internet, utilizan, y recopilan objetos digitales almacenados
en sus
dispositivos en la
red. A su vez, les
atrae crearse identidades
y utilizar múltiples recursos para dialogar sin estar en el mismo lugar
físico. Se coordinan de forma diferente,
realizando trabajos de
forma colaborativa que
pueden implicar a multitud de personas. Tapscott y Williams (2009) por
su parte, utilizan el
término Generación Net
para denominar a esa generación nacida a principios de los años 80 y a
la que les atribuye las siguientes características: (1) desean y buscan la
libertad, tanto de expresión como de
elección, (2) les
gusta personalizar y
hacer las cosas a
su medida, (3)
son críticos, analizan y comparan
todo lo que consumen, (4) buscan la integridad, la autenticidad y la transparencia, (5)
es la generación
de la colaboración
y la relación,
(6) su vida
gira alrededor del entretenimiento, tanto
personal como profesional,
(7) necesitan una respuesta inmediata para todo, y (8) son
innovadores (Esteve, 2015).
No hay comentarios:
Publicar un comentario